El otro día cometí el tremendo error de traicionar mis propios principios. Casi puedo imaginarme la impresión de algún lector tras una afirmación tan rotunda, ¿Que habrá hecho Stewie? ¿Acaso denunciar a un honrado "traficante" de estupefacientes a las bandas de uniforme a causa de una disputa personal con el susodicho? ¿Puede ser que me haya afiliado al sindicato SOMA-FIA-UGT ("Un sindicalismo de proyecto, sin el cual, las posibilidades de futuro que hoy se vislumbran para las comarcas mineras y el conjunto de Asturias no serían posibles" JUAS!) que domina con guante de hierro las cuencas mineras asturianas para poder mejorar mi posición laboral con un suculento enchufe a cargo de la mafia local en una de las empresas "privadas" que se instalan en mi tierra? No, algo mucho más simple pero igual de rastrero: en un momento de debilidad me he traicionado a mi mismo y he adquirido un billete de lotería de navidad. ¿Que no es algo tan grave?, bien, sigue leyendo.
Desde hace mucho tiempo siento sincera animadversión por las loterías y apuestas del Estado, este sentimiento comenzo siendo algo instintivo, por un lado la "necesidad" de adquirir una participación en cada lugar donde paras o donde tengas conocidos ("no vaya a ser que caiga aquí") te lleva a gastar en conjunto una suma importante en fechas navideñas que bien podría emplearse en otras cosas más útiles como regalos para tus seres queridos o guardarlos para la, en mi caso, tradicional "fiesta salvaje" de Nochevieja; y por otro la creencia de que la posibilidad de recibir una suma millonaria de la nada a mi corta edad, sin apenas esfuerzo ni proceso de aprendizaje de por medio, me hubiese destruido como persona (pues siempre he dicho que si algo así me ocurriese lo primero que haría sería cojer a un par de amigos y pasarnos por lo menos 6 meses de vacaciones y fiestas por medio mundo).
Luego esta percepción negativa se acentuó al conocer las ideas libertarianas y ver como a unos amigos les cayó una sanción por jugar al poker en un bar, ¿Como podía tener el Estado tanta jeta? Por un lado se impide que unos adolescentes se juegen una suma insignificante de dinero entre ellos para pasar el rato (Eso si, tras comprobar, mediante un indignante registro, que no tenían encima ninguna "sustancia ilícita". Es decir, el "agente de la ley y el orden" buscaba sancionar y finalmente encontró la excusa apropiada) y por otro se recaudan sumas millonarias con los juegos de apuestas del mismo Estado (o licenciados a los amigos de la clase dirigente, ¿"casualidades de la vida"?).
Recientemente pudimos ver en los medios de comunicación una noticia indignante relacionada con esta guerra sucia por el mercado del juego que se gasta el monopolio criminal que nos domina. La "gloriosa" policía autonómica a cargo del fascismo catalán, los Mossos d’Esquadra (históricamente ejercito mercenario de ocupación dispuesto por Felipe V para controlar la zona) en un "heroico" gesto ha desmantelado un "peligroso" casino chino donde las señoras de los alrededores iban a jugar sus partidas de Bingo. El casino se encontraba oculto en el piso superior de una peluquería, la cual fue atravesada por nuestros "defensores públicos" en nombre de la "Dama Justicia" (más bien de la impostora que ha ocupado su lugar):
"En noviembre, cuatro señoras jubiladas y el propietario del local, fueron sorprendidos por la policía mientras jugaban al bingo. Los vecinos se sorprendieron de la actitud de la Policía porque “al fin y al cabo, es un local tranquilo al que viene gente mayor a jugar y no hace mal a nadie”. El propietario del bingo ilegal llevaba tiempo intentado que su sala de juegos fuera legal pero no lo conseguía. Las parroquianas del lugar declararon que “es una vergüenza porque parece que somos delincuentes pero después a otras cosas no llegan”, refiriéndose a la labor de la policía."
Uno casi se puede imaginar el tipo de "aplicación de la ley" que se habrá producido con respecto al pobre empresario chino y las 4 jubiladas. Después de esta "intervención épica" en pos del "interés general", los vecinos ya pueden dormir tranquilos...
Alguno podrá decir: Stewie, si lo tienes tan claro, ¿por qué adquiriste ese dichoso boleto? Bien, la cosa fue que encontrándome yo en mi trabajo a tiempo parcial, una jubilada me lo ofreció en beneficio de los enfermos de un pueblo cercano. Este post es una penitencia y una advertencia a partes iguales, amigo libertario no caigas tú también en su trampa, si quieres contribuir solidariamente con la causa en cuestión dona dinero directamente a la organización, pero no compres lotería de la sucia mafia. En definitiva de 5€ los pobres enfermos solo recibieron uno, el resto se lo quedaron los de siempre, ¿Acaso no hubiera sido mejor que esa suma hubiera recaído integramente en manos de la organización caritativa? Las empresas asistenciales honestas deben saber que no estamos dispuestos a ayudar a financiarse al consorcio de ladrones por contribuir a sus causas benéficas.
Que no te engañen estos pillos, ¡Boicot a la lotería del monopolio criminal!
Agora! Anarquía! Acción!
2 comentarios:
Haces bien siendo leal a tus principios, pero debes preguntarte si realmente hay agresión en eso, y contra quién.
El sistema de loterías y apuestas del Estado es uno de los medios que propone Ayn Rand para la financiación voluntaria del gobierno. Es un caso donde el contribuyente actúa como hombre libre y no como esclavo. Es cierto que el Estado parte con una posición de ventaja respecto a los posibles competidores en ese campo, pero no delinque si no les extorsiona –como sí hace actualmente.
El Estado extorsiona cuando trata de mantener ese monopolio -al menos en cuanto se requiere su licencia- por la fuerza, como se da con la necesidad de licencias para las empresas de apuestas que, aun con ellas, tienen un límite restrictivo. Las apuestas son relaciones comerciales, es decir, pacíficas y mutuamente consentidas. No es razonable su limitación.
Lo más interesante es plantearse las implicaciones morales de este tema.
Preguntemos: ¿actúo moralmente si doy dinero al Estado? Si lo haces a cambio de nada o de algo que valores menos que ese dinero, y lo haces con los Estados actuales, además de despreciar tus valores deberás afrontar tu responsabilidad en la pervivencia del delito impune -aunque nos pese, lo cierto es que prácticamente todos tenemos una cierta responsabilidad en ello. En otro caso, eres tú el que valoras y con tus valores debes ser responsable... deduce a partir de ahí. Esta consideración no tendría lugar en un Estado inocente, donde la cuestión de jugar o no jugar depende de la siguiente pregunta.
Preguntemos: ¿actúo moralmente al apostar dinero? Hay dos tipos de juego: los sujetos al azar y aquellos en los que tiene importancia la acción del jugador.
Veamos el primer tipo. Apréciese la naturaleza de la compra de un boleto de lotería que tiene la misma probabilidad de salir que otras decenas de miles: la razón determina que hay más que perder que ganar, mientras que la intuición puede sugerir que ese boleto sea el ganador. En efecto, si te guías por esa intuición y no por la razón, eres vicioso. No obstante, cabe la posibilidad de que, en consideración de la posibilidad de ganar miles de euros o más de un millón, se gaste tres euros de vez en cuando porque son escasamente valorados. Pero no es así como piensa el jugador compulsivo que apuesta más de lo que ahorra, probando su suerte porque desprecia su libertad, considerándose un avión de papel.
Un caso distinto es el aquel en el que el jugador valora su destreza en un determinado juego, como acertar los resultados de la jornada, disputar un juego de naipes o hacer una combinación en las tragaperras. Esto pierde la diferencia respecto al primer tipo si se trata de “probar” la destreza sin haberla valorado previamente. No debes jugarte una fortuna en algo que tus competidores dominan y tú eres un principiante, por ejemplo.
Gracias por tus sabias palabras Eigen y perdona que tardara unos días en responder.
Tú visión es coherente desde el momento que aceptas, como buen objetivista, que puede existir un estado ideal que use una "fuerza objetiva", desde ese punto de vista es coherente preferir la financiación no completamente coactiva de la loteria estatal.
Pero si se admite que no es posible algo así como la "fuerza objetiva" por parte del estado cualquier ingreso que reciba (sea voluntario o no) es un ingreso no deseable. Si bien es cierto que dentro de lo malo preferiria que el estado se financiara exclusivamente por medio de la lotería, de esta forma engañaria a los viciosos (aquellos que no se guía por la recvta razón como tú explicas), a los primos o a los desesperados y no a mi. Pero ese no es el caso.
Tambien, aunque sea salirse un poco del tema, me gustaría apuntarte que siempre he preferido los juegos que se basan en la habilidad o que la convinan con algun tipo de azar (pero que este no llega a anular completamente dicha habilidad) como por ejemplo el poker.
Salud y Anarquía de mercado.
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