Tsekub ha planteado que según los supuestos anarquistas de mercado acerca de las relaciones laborales, debería de hacerse una analogía y determinar que el estado es legitimo, dado que quien no quiera someterse a su dominio, generalmente, puede irse del mismo.
Esta muy bien su argumentación, sobre todo si la comparamos con la no argumentación de ciertos foreros, también anarco-colectivistas, de a las barricadas. Pero tengo que decir que no es esencialmente nueva. No obstante, creo que estaría muy bien responder, así que voy a resumir los argumentos en contra de su afirmación.
En primer lugar Tsekub plantea más o menos nuestra postura sobre las relaciones salariales, en las que ambas partes voluntariamente deciden participar:
hay coacción si y sólo si el capitalista obligase, mediante la fuerza física, al trabajador a permanecer en su lugar de trabajo y a trabajar.
Efectivamente no existe coacción cuando la relación es voluntaria, es la diferencia entre trabajar a cambio de un pago (intercambio de valor por valor) y trabajar bajo amenaza del uso de la fuerza (esclavitud). Aunque no es el objeto de este post centrarme en este tema, hay que tener en cuenta que el poder político como autoproclamado distribuidor de títulos de propiedad en la sociedad genera escasez en la oferta de trabajo, esta restricción en la competencia influye poderosamente en reducir las alternativas del asalariado, haciendo que muchas empresas puedan permitirse ofrecer pesimas condiciones laborales, en lugar de competir para atraer trabajadores.
Tambien cabe aclarar que la necesidad no confiere derechos, tú no tienes el derecho a imponerme obligaciones unilaterales en base a tus necesidades. No existe un derecho al "trabajo para vivir", que implicaría la agresión hacia otros individuos, sino que existen los derechos a que nadie te impida por la fuerza contratar libremente para emplearte, emplear, vender y comprar para obtener un beneficio legitimo y a que se respeten los contratos voluntarios, lo cual incluye el pago integro de lo acordado. El jurista anarquista Lysander Spooner diferenciaba entre dos tipos de deberes - la otra cara de los derechos, desde el punto de vista de la otra parte-, por un lado los "deberes legales" (no usar la violencia ofensiva, no defraudar, pagar las deudas) que son exigibles mediante la fuerza defensiva, y los deberes morales (ayudar a los necesitados, etc) que no son exigibles por la fuerza:
"El hombre tiene ciertamente para con sus semejantes muchos otros deberes morales; así, tiene que alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, cobijar a los que no tienen techo, cuidar a los enfermos, proteger a los indefensos, ayudar a los débiles, enseñar a los ignorantes. Pero estos deberes son simples deberes morales, y con relación a ellos cada hombre es el único juez capaz de decidir por sí mismo, en cada caso particular, cómo y hasta que punto podrá o querrá cumplirlos. Las cosas son diferentes cuando se trata de sus deberes legales -, estos que consisten en una conducta honesta en lo que se refiere a sus semejantes: en este punto, sus semejantes tienen no solamente el derecho a juzgar, sino, en vistas a su propia protección, el deber de hacerlo. Y, en caso que sea necesario, tienen el derecho de obligarlo a cumplir sus deberes legales; lo que se podrá hacer ya sea a título individual o por concertación. Del mismo modo, lo podrán hacer al momento, si la situación lo exige, o después de deliberarlo, y de manera sistemática, si lo juzgaran bueno, y la situación lo permite".
Que un empleador sea un cafre, y que tú no tengas mas remedio que, al menos momentáneamente, trabajar para él, puesto que tu situación es, hipotéticamente hablando, realmente desesperada y no existen otras opciones (de nuevo aclaro que es una hipótesis), no te da derecho a imponerle obligaciones especiales en base a tu necesidad, más allá de los generales derechos de propiedad (no agredirte, etc...) y de aquello que ambos habéis acordado voluntariamente.
Por ejemplo, un convenio colectivo impuesto por el estado a través de carteles de obreros y empresarios (los llamados "agentes sociales"), no es un contrato voluntario. El acuerdo debe de hacerse en virtud de la voluntad las personas interesadas (como en cualquier otro ámbito), o en otras palabras "si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti".
Además, ¿Sería mejor para ti si no existiera la opción de trabajar para el cafre? ¿Estaría en mejor posición sin él (dadas las desesperadas condiciones en las que hipoteticamente te encontrarías)
Volviendo al centro del asunto, te diré que pasas por alto el problema de la legitimidad de la propiedad. El asunto central del libertarianismo, no es la defensa a ultranza de los títulos de propiedad legitimados por el estado, sino la de aquella "propiedad natural" que nace de la transformación originaria de la cosa en cuestión y del intercambio voluntario, por contrato, con otros propietarios naturales, o que a su vez consiguieron esta por comercio libre.
Aplicando esto a tu propuesta, es históricamente incontestable que este proceso de adquisición de la propiedad no ha sido el que ha seguido ningún estado, sino la arbitraría reclamación de jurisdicción, la injusta distribución y reconocimiento de muchos títulos de propiedad, o directamente el expolio mediante la guerra y la represión popular. En base a esto, los estados serían propietarios ilegítimos del territorio y bienes que declaran bajo su jurisdicción, por lo que su legislación e impuestos, en modo alguno pueden ser considerados deribados de un legitimo derecho de propiedad.
Hace poco tuvimos una discusión parecida, causada por la comparación del comentarista Bastiat entre un estado y una comunidad de vecinos, en el blog de Albert Esplugas en la que este sostuvo muy acertadamente, (aunque sin llevar el argumento hasta sus ultimas consecuencias, puliendo así algunas contradicciones del liberalismo clásico de siglos pasados):
"El Estado se arroga un derecho sobre nuestras propiedades por ubicarse éstas en un determinado territorio, y luego nos dice que podemos votar aspectos varios de su gestión sobre ese territorio. Comparar una comunidad de vecinos con el Estado es como comparar una comunidad de vecinos con la mafia: el mafioso puede decirte que o le pagas impuestos o te echa del barrio. Y puede también dejarte participar en la gestión de algunas actividades vecinales. La cuestión es que el mafioso no tiene ningún derecho sobre tu propiedad porque no ha mediado consentimiento, aunque estés en "su" territorio, como tampoco lo tiene el Estado, que clama tener jurisdicción sobre tu propiedad sin que haya mediado consentimiento por tu parte".
"¿La permanencia en un determinado territorio implica aceptar el dominio del Estado sobre ese territorio? Hay quien razona del siguiente modo: si alguien no quiere someterse a los dictados del Estado que rige el territorio es muy libre de marcharse a otro lugar; si se queda está aceptando tácitamente su legitimidad. Pero permanecer en un país sólo implica consentimiento tácito si se asume que el Estado tiene en primer lugar un derecho sobre ese territorio. ¿De dónde se sigue el Estado tiene con carácter previo un derecho de propiedad sobre todo el territorio nacional? La respuesta no puede ser "porque la población consiente tácitamente al quedarse en el país", pues ésta sería la consecuencia de que el gobierno tuviera ese derecho, luego no puede ser su causa. Dicho de otro modo, es como si el mafioso de un barrio exige a un individuo que ha abierto un negocio en la zona que le entregue una parte de sus ingresos. ¿Es legítima la acción del mafioso por el hecho de que el individuo haya decidido abrir el negocio en este barrio y no en otro? Obviamente no, porque el mafioso no tiene ningún derecho a extorsionarle en primer lugar. El mafioso no es el dueño del barrio, lo mismo que el Estado no es el dueño del territorio."
Dicho esto, imaginate el anti-estatismo libertariano como una consecuencia lógica de la defensa de la propiedad natural. El anarquismo de mercado es, en último termino, una reacción contra el crimen, lo que comprende la expropiación y reclamación indebida de títulos de propiedad, jamas adquiridos mediante la transformación original ni el intercambio voluntario entre las partes.
Por tanto el estado no es un propietario legitimo[1] y sus impuestos no son rentas, ni sus leyes normas emanadas del derecho de propiedad. El estado es la antítesis de ello.
[1] He obviado en la entrada toda la problemática de la legitimidad de los títulos de propiedad de determinadas corporaciones y empresarios pro-estatistas, y he respondido sobre la legitimidad de la propiedad del estado.
(Traducción del nºI , vol. VI, de la publicación "The Libertarian Forum" editada el 15 de Junio de 1969 por Murray N. Rothbard, Karl Hess y Joseph R. Peden)
“El campus de Berkeley es un paraíso para los simpatizantes comunistas, los manifestantes y los sexualmente desviados."
Ronald Reagan
MASACRE EN EL "PARQUE DEL PUEBLO"
A veces es difícil escapar a la convicción de que hay una enfermedad tan profunda en el alma del pueblo americano que hace que este más allá de la redención. El 15 de mayo y los siguientes días, la masa armada del estado, la policía local, la policía estatal, la Guardia Nacional, cercó a unos cuantos miles de ciudadanos desarmados de Berkeley, California, que estaban haciendo ¿qué? Habían adoptado un barrizal, transformándolo amorosamente en un "parque del pueblo". Por este “crimen”, y por el “crimen” de negarse a irse de este parque que se había creado con sus propias manos, las brutales fuerzas del Estado, encabezada por el Gobernador Reagan, intervinieron con bayoneta en mano; disparando a la multitud desarmada, hiriendo a más de 70 personas y asesinando al inocente transeúnte James Rector. Un helicóptero voló sobre la multitud y roció con gases lacrimógenos a todos los de la zona, incluidos los niños y los enfermos. Se detuvo a cientos de personas, humilladolas y torturandolas enel infame campo de concentración de Santa Rita –uno de los grandes campamentos para americanos de origen japonés de la Segunda Guerra Mundial.
Todo esto ha ocurrido en nuestra América de 1969, y ¡Oh!¿Dónde está el grito de indignación del país? ¿Dónde está la demanda para el juicio del asesino Reagan y de todas las cohortes gubernamentales menores implicadas en esta monstruosidad?
Claro, hay algunas protestas de los socialdemócratas (N. del T: del original “liberals”) que consideran que el uso de la fuerza era un poco excesivo, pero uno no puede dejar de impresionarse por el hecho de que para la gran masa Americana la masacre fue un buen espectáculo. Es nuestra omnipresente enfermedad. ¿Por qué estas reacciones que van desde la indiferencia al entusiasmo por este terrible acto? Es debido a que los creadores del parque de Berkeley aparentemente eran “melenudos” y "hippies", y por lo tanto, seres infrahumanos, sin derechos o libertades que necesiten ser respetados. Hay al parecer, decenas de millones de estadounidenses “temerosos de Dios” que favorecen la destrucción genocida de cientos de miles o incluso millones de jóvenes, cuyo único delito consiste en persistir en la diferenciación estética con la masa de la población.
Esta “enfermedad del alma americana” se manifiesta también en la omnipresente “reacción al problema de la violencia en los Estados Unidos”. Mención de la violencia, y la persona promedio comienza a cargar contra los atracadores aislados, contra los negros que queman tiendas, y en contra de los estudiantes que ensombrecen unos ceniceros en edificios de la Universidad. El americano medio nunca tiene en cuenta, cuando contempla la violencia de nuestra época, al ejército americano y su destrucción genocida del pueblo de Vietnam, o la policía americana en su “clubbing” en Chicago, o al asesinato y el gas en el “Parque del pueblo”. Porque al parecer, cuando el Estado, el monopolizador de la violencia, el gran Moloch bestial de la destrucción en masa, utiliza la violencia aparentemente es “no violencia” para todos. Sólo los ciudadanos prácticamente inermes utilizando la fuerza contra el Estado, o incluso simplemente negándose a obedecer los mandatos estatales se consideran "violentos". Es este tipo de insana ceguera la que permite al Presidente Johnson clamar "no vamos a tolerar la violencia, no importa el lema", y al Presidente Nixon denunciar la violencia estudiantil, mientras que se felicita al complejo militar industrial, y no es la burla de la oficina.
El grito que se ha oído por encima de todo esto es que era necesario para defender la "propiedad privada" de la Universidad de California. En el primer lugar, aunque este pequeño terreno fuera “propiedad privada”, el bayonetear, gasear, torturar, y disparar a los desarmados creadores del parque habría sido una exageración a todas luces excesiva y grotesca, puesto que, los asesinatos en masa y la tortura es de largo mucho más criminal que la original entrada ilegal en el terreno. Uno no acuchilla a alguien por robar una manzana, lo que es un castigo más allá de toda proporcionalidad que "sobrepasa la entidad del delito", siendo en sí mismo mucho más criminal que la infracción original.Así que, aun cuando esta propiedad se considerara una legitima “propiedad privada”, la masacre debería de seguir siendo condenada.
En segundo lugar, es sin duda grotesco llamar a ese terreno barroso"propiedad privada". La Universidad de California es una institución gubernamental que adquiere sus fondos y sus bienes robando a los contribuyentes. No es entonces “propiedad privada” en ningún sentido, sino propiedad robada, y, como tal, esta moralmente desocupada, con sujeción a los principios libertarios de ocupación (N. del T: homesteading en el original) que discutimos a continuación. La gente de Berkeley son apropiadores ogirinales en la mejor tradición americana - y libertaria -, tomando la parte no utilizada de la tierra baldía, moralmente sin propietario, y transformándola con su labor colonizadora en un agradable y útil parque para el pueblo. Por esto fueron masacrados.
Eso es todo; se trata de una prueba de fuego sobre si cualquier persona puede enrazón y conciencia llamarse a sí mismo "libertariano". Aquí los problemas son claros y sencillos; aquí no hay factores de complicación. No hay ninguna supuesta "seguridad nacional" de por medio. No hay ninguna "conspiración comunista internacional" en el asunto. No hay tiendas quemadas, no existen estudiantes que se lamenten en soledad porque las clases se han suspendido. La cuestiones es clara: las fuerzas armadas, brutales, opresivas fuerzas del Estado pisoteando a los pacíficos, desarmados, ciudadanos colonizadores. Cualquier persona que deja de alzar su voz en la condena absoluta de este reino del terror, cualquier persona que lo equivoque o excuse o condone, no puede ya a su vez ser llamado libertariano. Por el contrario, él esta con las fuerzas del despotismo; él pasa a formar parte del enemigo.
Carta de Washigton, por Karl Hess
¿Dónde están los detalles?
El libertarianismo es claramente el más -quizás el único- movimiento verdaderamente radical en los Estados Unidos. Agarra los problemas de la sociedad por las raíces. No es reformista en ningún sentido. Es revolucionario en todos los sentidos. Debido a que mucha de esta gente ha venido de la derecha, sigue habiendo acerca de él por lo menos un aura o, tal vez, una miasma defensiva, como si de verdad sus intereses centrales fueran, por ejemplo, la defensa de la “propiedad privada”. La verdad, por supuesto, es que el libertarianismo quiere impulsar los principios de la propiedad, pero de ninguna manera quiere defender, a buen o mal grado, todos los bienes que ahora se llaman privados. Gran parte de la propiedad es robada. Gran parte es de título dudoso. Todo esto está profundamente entrelazado con un inmoral y coercitivo sistema estatal que ha condonado, construido sobre, y se ha beneficiado de la esclavitud, se ha expandido y explotado a través de una brutal y agresiva política exterior colonial e imperial, y sigue manteniendo a la gente más o menos en una relación siervo-amo por las concentraciones de poder político-económico
El libertariano se refiere, ante todo y sobre todo, a la más valiosa de las propiedades, la vida de cada individuo. Esta es la propiedad más brutal y constantemente amenazada por los sistemas estatales ya sean de la derecha o la izquierda. Los derechos de propiedad que corresponden a objetos materiales son considerados por los libertarianos como resultantes del fundamental derecho a poseer, directamente, y disfrutar de la propia vida y de aquellas posesiones adquiridas sin coacción.Los libertarianos, en pocas palabras, simplemente no creen que el robo sea correcto si se comete en nombre de un estado, una clase, una crisis, un credo, o un cliché. Esto está muy lejos de compartir un “terreno común” con los que desean crear una sociedad en la que unos “super capitalistas” son libres para amasar enormes explotaciones, diciendo que es, en última instancia, el más importante propósito de la libertad. Esto es una absurdidad proto-heroica.
El libertarianismo es un movimiento popular y de liberación. Su objetivo es una sociedad abierta. Una sociedad no-coercitiva, en el que las personas, puedan vivir libres, distintas personas pueden asociarse voluntariamente, des-asociarse y, a medida que encajan, y si lo creen conveniente participar en las decisiones que afectan a sus vidas. Esto significa un verdadero mercado libre en todo, desde las ideas a las idiosincrasias. Esto significa que las personas libremente pueden inmediatamente organizar de forma colectiva o individual los recursos de su comunidad. Esto significa la libertad para formar comunidades basadas y apoyadas en el sistema judicial que ellos deseen, sin ninguno o con sistemas de arbitrio privados, según como consideren más acertado. Lo mismo ocurre con la policía. Lo mismo con escuelas, hospitales, fábricas, granjas, laboratorios, parques, ypensiones. Libertad significa el derecho a formar tus propias instituciones. Se opone al supuesto derecho de esas instituciones de imponerse sobre ti en base al mero hecho del poder o el estatus tradicional.
Para muchos, sin embargo, estos principios de raíz radical dellibertarismo seguirán siendo meras abstracciones, e incluso sospechosos, hasta que se conviertan en agresivas propuestas normativas específicas. No hay apenas nada de radicalismo, por ejemplo, en aquellos que dicen que los pobres deben tener una mayor proporción del presupuesto federal. Esto es algo reaccionario, el pedir que la institución de robo estatal haga meramente más aceptable su robo ampliando la distribución de su botín a las personas que no s caen más simpáticos. Tal vez nadie en su sano juicio podría oponerse más a dar fondos federales para los pobres que para gastar ese dinero en la masacre de campesinos vietnamitas. Sin embargo, para argumentar tales méritos relativos, uno debe terminar siendo simplemente reformista y no revolucionario.
Los libertarianos pueden y deben proponer tácticas y objetivos revolucionarios con un significado específico para los pobres y para todas las personas; para analizar en profundidad y, por ejemplo, demostrar el sentido de la libertad, libertad revolucionaria,para ellos. Por mi parte, sinceramente suplico por ejemplificar el pensamiento de mis camaradas. Las propuestas deberán tener en cuenta el tratamiento revolucionario del robo 'privado' y 'público' en base a la propiedad libertaria, entérminos radicales y revolucionarios; Los factores que han oprimido al pueblo desde antiguo hasta el momento, y así sucesivamente. Murray Rothbard y otros han hecho mucho trabajo teórico a lo largo de esta línea, pero nunca puede ser suficiente dejar en unos pocos hombros gran parte de la carga.
Permítaseme proponer sólo algunos ejemplos del tipo de concreto, revolucionario y radical a las preguntas que los miembros de nuestro Movimiento bien podrían hacerse a si mismos.
-- La propiedad de la tierra y / o su uso en una situación de declive del poder estatal. La situación Tijerina (N. del T: No sé a que se refiere) sugiere un enfoque. Debe haber muchos otros. ¿Y qué hay del agua y la contaminación del aire y la prevención (de forma realista, no romántica)?
-- Trabajadores, accionistas, las funciones de la comunidad o los derechos al producto del trabajo en términos de análisis libertario y con propuestas concretas en sentido radical y revolucionario. ¿Qué, por ejemplo, podría o debería suceder a “General Motors” en una sociedad liberada?
De particular interés, para mí en todo caso, es centrar el análisis libertario y el ingenio en el gran asunto pendiente e inacabado de la abolición de la esclavitud. Simplemente se ha dejado a los esclavos libres, en un mundo que sigue siendopropiedad de sus amos. Obviamente, es una injusticia histórica. (Los libertarianos sostenemos que el Sur se debería haber podido secesionar de manera que los esclavos, junto con sus amigos del Norte, podrían haber construido un movimiento revolucionario de liberación, derrocado a los capitanes, y, por lo tanto, logrando la reparación en forma de revolución.)
Los pensamientos sobre las reparaciones son hoy ensombrecidos por la preocupación de que fueran llevados a cabo en contra de personas inocentes que de ninguna manera pueden conectarse a la ex-opresión. Sin embargo, hay una zona donde esta contraindicación podría evitarse: en el uso de las tierras e instalaciones “propiedad del gobierno”, que se podrían usar como elementos de indemnización a los descendientes de los esclavos y que haría posible que estos puedan participar en la comunidad de la tierra, finalmente, como iguales y no como pupilos.
En algún sitio, tengo que asumir, hay un libertario que, comparte la idea, y podría hacerla funcionar como una buena y coherente propuesta de justicia en esa zona. Obviamente, la lista es interminable. Pero el punto es finita y esta finamente enfocado. Con el libertarismo ahora en desarrollo como un Movimiento, sinceramente se necesitan con urgencia propuestas innovadoras, radicales, y objetivos específicos, y una agenda revolucionaria que pueda traducir estos grandes y duraderos principios en el tiempo, comandando la teoría, e incluso ideando posibles medidas prácticas
"¿Qué país puede preservar sus libertades, si sus gobernantes no advierten de vez en cuando que su pueblo preserva el espíritu de resistencia? Vamos a tomar las armas."
*Obviamente yo no soy un comunista libertario, por si hay algún despistado por ahí, pero no dejo de simpatizar con los campesinos que se levantaron contra los latifundistas -cuya posesión de la tierra era una agresión constante para los trabajadores de la tierra, auténticos propietarios expropiados- y la república criminal. Jamas llevaría esa bandera, ni ninguna otra salvo la bandera negra de la libertad, que simboliza la negación de todas las demás.