Me encontraba debatiendo con Fabricio sobre el polémico tema -entre los anarquistas de mercado- del robo de tierras, cuando le comente la triste historia del aventurero suizo John Sutter.
Sutter llegó a California cuando esta aún era una región virgen en manos del estado mejicano. Sutter fundo un prospero rancho conocido como Sutter's Mill, en las por aquel entonces tierras más fertiles del mundo. Todo fue bien hasta que un día, 24 de enero de 1848, su James Marshall y sus hombres constrian un molino cuando se encontraron con pepitas de oro. Cuando se entero, Sutter quiso mantener la noticia en secreto, pero esta se hizo conocida entre los chismosos, hasta que "el 15 de marzo siguiente el periódico The Californian publicó la noticia. El periodista que la firmaba, Samuel Brannan, inmediatamente puso una tienda de suministros para los cazafortunas que llegarían. Brannan corrió por las calles de San Francisco, con un frasco lleno de oro y gritando "¡....oro, oro! ¡Oro en el río Americano!".
La noticia se extendio como la polvora, el fenomeno que se produjo ha sido calificado como la "primera fiebre del oro de clase mundial", de todos los contientes, por tierra o mar, empezaron a llegar inmigrantes en busca del oro, los llamados "Forty-niners" invadían sus tierras, sus cosechas eran robadas, sus animales muertos. Pronto sus trabajadores lo dejaron en pos del oro y el se quedo solo con sus familiares, se vio en la ruina, pero trabajo duro durante un tiempo y años despúes consiguio que los tribunales le dieran la razón en su reclamación de propiedad, sin embargo, el que habia sido un pequeño asentamiento era ya una gran ciudad, y al conocer la sentencia hubo levantamientos y linchamientos contra el juez y diversos familiares de Sutter, terminando alguno por suicidarse al verse rodeado por la furiosa multitud (que ya que estaba aprovecho para linchar también a negros e "hijos de papá"). La restitución nunca se produjo, y Sutter acabo como un viejo loco.
Esta historia que he resumido muy brevemente la conocí en un libro, el cual me recomendó mi antiguo profesor de Derecho Constitucional para el verano, que preste hace tiempo (a ver si consigo recuperarlo). Lo relevante es que mientras hablabamos del tema decidi buscar más información porque no era algo que tuviera reciente. Cual fue mi sorpresa que encontré, en un fantástico artículo disponible en la wikipedia, otro ejemplo de provisión de un servicio de resolución de conflictos por la vía arbitral sin necesidad de mediación de ninguna sucia mafia estatal: la autorganización de los "Forty-niners".
Cuando comenzó la fiebre del oro , California era, en la práctica, un lugar sin ley. El día del descubrimiento en Sutter's Mill, California técnicamente era aún parte de México, aunque bajo ocupación militar estadounidense, como resultado de la guerra México-Estados Unidos de 1846. El Tratado de Guadalupe Hidalgo, con que finalizó la guerra el 2 de febrero de 1848, había transferido el dominio de California a los Estados Unidos. California no era un territorio formalmente organizado, y su incorporación a la Unión Americana no fue inmediata. Temporalmente, California fue un territorio bajo control militar, sin que hubiera poderes legislativo, ejecutivo o judicial para la región. Los residentes actuaban sujetos a una confusa mezcla de reglas mexicanas y estadounidenses, y su juicio personal.
Y también resulta reseñable lo que acabo ocurriendo con el oro californiano:El Tratado obligaba a los Estados Unidos a respetar las concesiones territoriales que habían sido hechas por el gobierno mexicano, pero las zonas mineras se encontraban lejos de dichas concesiones, por lo que la fiebre del oro no se vio afectada por los términos del tratado. Los campos de explotación eran técnicamente propiedad del gobierno de los Estados Unidos, pero en la práctica eran terrenos sin una legislación definida, y sin mecanismos para hacer valer cualquier ley sobre ellos.
Para los Forty-niners, esto fue una ventaja, porque el oro estaba "libre para ser tomado". No había propiedad privada, ni impuestos que pagar por el mismo. Los Forty-niners elaboraron sus propios códigos, y sus propias formas de ponerlos en vigor. Se sobreentendía que cualquier gambusino podía "reclamar" tierras, pero esa reclamación solo tendría efecto en tanto que esas tierras fueran efectivamente explotadas. Los mineros solían reclamar las tierras, y comenzaban a explotarlas sólo lo suficiente para determinar su potencial. Si la tierra se consideraba de bajo valor, como ocurrió en la mayoría de los casos, los mineros la abandonaban y proseguían la búsqueda de su fortuna. Otros mineros entonces podían llegar a reclamar para sí la tierra que ya había sido trabajada y abandonada. Esta práctica se conocía como "claim-jumping". Las disputas eran manejadas personalmente y a veces de forma violenta; en muchas de ellas los propios gambusinos se asociaban para actuar como árbitros.
Una vez que el oro era recuperado, el metal podía tomar varios caminos. El más inmediato era ser utilizado como moneda de trueque para comprar provisiones y pagar por el hospedaje de los mineros. Con frecuencia, el oro usado en estas transacciones acababa de ser encontrado, y había sido cuidadosamente pesado y valorado.
A su vez, los comerciantes y vendedores utilizaban el oro para comprar provisiones a los capitanes de los barcos que llevaban mercancías a California. El oro dejaba California a bordo de barcos o en mulas. Un segundo destino era que los propios Argonautas lo llevaran consigo al partir, cuando decidían que habían obtenido lo suficiente como para volver a casa. Se estima que unos 80 millones de dólares en oro fueron llevados a Francia de esta manera. Con el avance y la consolidación de la fiebre del oro, los bancos locales comenzaron a emitir notas de crédito o billetes, a cambio de oro, y algunas casas de moneda privadas crearon monedas de oro. Con la construcción de la Casa de Moneda de San Francisco en 1854, el oro se transformó en monedas oficiales de los Estados Unidos, para circulación. El oro también fue enviado a bancos nacionales en California, a cambio de papel moneda corriente.
4 comentarios:
Aqui lo unico que demuestras es que un grupo de gente con un mismo interes estara dispuesta a organizarse de forma mas o menos espontanea, que es muy chachi, pero al señor Sutter, su familia y diversos jueces, se encontraron con que en un estado anarquico los mas fuertes hacen su ley, porque al señor Sutter, ¿cuando se le hizo justicia?, se la hicieron los "Forty-niners" o tuvo que venir la "mafia estatal", ¿crees que si Sutter hubiera recurrido a los autorganizados Forty-niners, le hubieran escuchado, o le hubieran linchado?
Quiza Sutter debio de invertir en cartuchos de dinamita y organizar una limpieza en el pueblo, en las minas o donde viese su propiedad invadida.Eso no seria considerado terrorismo por supuesto.Luego haciendose con el oro podria haber pagado a pistoleros para que se cargasen a los granjeros y demas gente molesta.
1. No esta claro que todas las tierras fueran de Sutter legítimamente, puesto que las obtuvo de una concesión del gobierno mejicano. Esta claro que algunas si, aquellas que trabajo (o sus agentes).
2. No puedes generalizar en base a un momento excepcional de la historia. La fiebre del oro puede ser interpretada como una migración masiva de todas partes del mundo. ¿Acaso el gobierno hubiese detenido algo así? El estado se dedico a lo suyo: sacar tajada poniéndoles impuestos especiales a los extranjeros, asentando el estado californiano en EEUU y llevándose todo el oro que pudo para traer papelitos de colores. El mismo estado, a través de un juez monopólico le dio la razón, ¿y qué? ¿Como iba a hacer cumplir la sentencia?. Ya se que es muy "chachi" creer en gobiernos/superheroes que lo solucionan todo, pero baja de la nube.
3. Equiparas anarquía a desorden, pero anarquía no es caos, es orden voluntario.
4. La mafia estatal se dedico a engañar y estafar a Sutter durante sus últimos años de vida que se convirtio en un viejo loco con pleitos irreales para sacarle su dinero.
5. Sutter conspiro para que California se pasase a los EEUU porque pensaba enriquecerse, así que tampoco le santifiquemos.
Anónimo troll: je.
Muy bueno Stewie.
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